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Un paraíso en el desierto (parte 2)

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Recuerdo haberme levantado antes de que sonara la alarma, me puse una playera, un suéter y me apuré en llegar al puente en la bicicleta antes de que dieran las 8. La noche anterior había planeado junto con Nata ir a andar en bici muy temprano para ver el amanecer, el que no se levantara le iba a dar un par de cervezas al otro. Suficiente motivación o no? Jajaja pues juro que me levanté para ver el amanecer. Eran las 8:15 y yo seguía en el puente viendo como el sol se hacía más evidente e intenso con el paso de los minutos. La última vez que había intentado ver un amanecer había sido en Veracruz en un fin de año, y como muchos en Veracruz sabrán, siempre esta nublado. Así que esta vez me tocó ver como el sol se elevaba sobre el mar rojo, a miles de kilómetros de casa, no había experimentado una sensación de tanta calma desde hace mucho. Ya de regreso en el hostal y con la respectiva foto posteada al grupo de Facebook para hacer efectivo mi premio, comenzó la interminable o

Un paraíso en el desierto (parte 1)

El día que llegamos a Dahab (dajab) el clima era simplemente inmejorable, el viento soplaba suave y fresco llevando toda la brisa del mar. Respirar se hacía cada vez más placentero a medida que nos acercábamos al hostal en el que nos íbamos a quedar (sí ya sé que parece que amo los hostales). Eran alrededor de las 9 de la mañana cuando llegamos al hostal pingüino (penguin hostel). Después de pagar la reservación, fuimos a acomodar nuestras cosas en el cuarto. Como siempre, no tardé nada en apoderarme de la mejor cama posible, y no fue aquella más cómoda sino la que mejor experiencia ofrecía. La cama estaba cerca de la ventana, era una ventana grande con puertas plegables de madera y la mejor vista que alguien puede pedir. Era temprano así que el sol aún estaba apenas por encima de la línea que separa al mar del cielo iluminando todo el paisaje con tenues rayos de luz color ámbar, una palmera enorme muy cerca de la ventana redirigiendo toda la brisa y el viento hacia la habi

Cabrones, cabrones everywhere!

Debo decir que el sentimiento de estar en un lugar que has visto toda tu vida solo a través de imágenes es un sentimiento genial. Hollywood se ha encargado de hacer de este mundo un lugar un tanto ilusorio. Vamos por partes. Recuerdan alguna de las películas de la momia? Recuerdan como lucía la ciudad de El Cairo en la misma película? Vamos que estamos hablando de una película que está ambientada en la primera década del siglo 20. Y tal vez la película no diste de la realidad de ese entonces, pero hay que ser honestos, cuando uno piensa en Egipto piensa más o menos en un lugar como el mostrado en la película. El Cairo no es una ciudad llena de camellos y caminos sin pavimentar. Sí que está llena de tierra pero eso es por el mismo aire que carga mucho polvo del desierto. Dicho esto, El cairo es una ciudad más o menos moderna, separada de Giza (en donde están las pirámides) por el gigantesco y contaminado río Nilo. Giza por su parte es una ciudad un poco menos modernizada que C

Siguen las sorpresas.

Día de sorpresas, los que llegaron por nosotros solo se tardaron 20 min más de la cuenta que para los estándares egipcios eso es un tiempo bastante bueno, eso para ellos es pura y llana puntualidad. Ni Rodrigo ni yo nos habíamos acostumbrado aún a los tiempos egipcios. Cuando vimos quienes nos iban a recoger resultaron ser la presidenta y vicepresidenta del comité local. Nos subimos a su auto y nos llevaron al que sería nuestro nuevo departamento. A juzgar por el área en la que estábamos pues esperábamos algo decente pero a la vez esperábamos algo malo, después de todo ya habíamos tenido una experiencia similar. Una vez en el edificio, entramos a nuestro departamento y lucía muuuucho mejor de lo que pensamos. Una sala doble, un gran comedor, una cocina pequeña pero decente, dos habitaciones una doble y una individual con cama King size de la que no pasaron ni 3 segundos para que me apoderara de ella. Y después de que nos instalamos y se fue la gente del comité pues no nos qued

Malditas dudas.

Esta vez no voy a ahondar tanto en el lugar sino en las personas. Porque somos las personas los que nos causamos problemas a nosotros mismos y por supuesto a los demás. Pero para que entiendan de lo que hablo, primero voy a empezar por explicar mi rutina de trabajo durante el casi mes que estuve en Cairo. Debía llegar al trabajo todos los días a las 9 de la mañana. Para eso me tenía que levantar a las 7 de la mañana, bañarme, vestirme, si podía cocinar cocinaba algo sencillo o de otro modo me compraba algo de comer en la calle, caminaba hasta el metro, y en una hora y 15 min llegaba a mi trabajo. Salía del trabajo todos los días a las 5 y media y llegaba al hostal a las 7 (así es, aún seguía en el hostal), trataba de leer un poco o si acaso estudiar un poco de árabe, y cuando llegaba Rodrigo generalmente salíamos a caminar por la ciudad, platicábamos de todo, fumábamos shisha (busquen en google), cenábamos y de nuevo a la casa para prepararnos al siguiente día. Esa rutina

¿Y los camellos apá?

La primera semana en Cairo ha sido por mucho una de las más raras que he vivido alguna vez. Recuerdo bien ese primer día, apenas me levanté y me cayó el veinte de que ya no estaba viajando, que no estaba en casa, y que me iba a quedar en este nuevo lugar por bastante tiempo. Me levanté de la cama y estaba solamente yo, Rodrigo aparentemente había ido a trabajar. Comencé a desempacar mis cosas y a acomodarlas en el pequeño ropero que ya estaba lleno de las cosas de Rodrigo. Era jueves y mis prácticas empezaban el domingo, así que tenía 3 días libres para recorrer un poco de Cairo y adaptarme lo más rápido posible. Lo del domingo es porque en la mayoría de los países musulmanes la semana laboral es de domingo a jueves, así que viernes son para rezar incluso más (tradicionalmente se reza 5 veces al día) y los sábados para descansar antes de ir al trabajo de nuevo. Claro que yo como extranjero no me aplican esas reglas, jueves y viernes para los extranjeros es hacer fiesta y sábados

Ya quiero ver camellos!

Tengo que decirlo, Madrid no es la ciudad que esperaba. La arquitectura me hace recordar demasiado a la del centro de la Ciudad de México. Eso sí, la ciudad está bastante limpia, la organización es mucho mayor y bueno la gente, la gente viene de todos lados. No es una ciudad para nada pequeña, me tomó casi una hora caminar desde el estadio del atleti hasta la plaza mayor de la ciudad. La plaza mayor bajo remodelación la verdad es que no me causó mayores impresiones, pero otra vez, la cantidad de gente que hay en las calles es bastante, de todos colores y notoriamente de muchos lados del mundo, afortunadamente no era el único ridículo con una mochilota en la espalda. Para ese entonces, yo tenía ya donde pasar los días en Madrid, otro hostal para variar! Y así preguntando, caminé desde la plaza mayor hasta la plaza del Sol donde muy cerca estaba el hostal. Ese primer día lo recuerdo perfectamente porque en la plaza del sol se ponen muchos artistas callejeros a hacer lo suyo.