¿Y los camellos apá?
La primera semana en Cairo ha sido por mucho una de las más raras que he vivido alguna vez.
Recuerdo bien ese primer día, apenas me levanté y me cayó el veinte de que ya no estaba viajando, que no estaba en casa, y que me iba a quedar en este nuevo lugar por bastante tiempo. Me levanté de la cama y estaba solamente yo, Rodrigo aparentemente había ido a trabajar. Comencé a desempacar mis cosas y a acomodarlas en el pequeño ropero que ya estaba lleno de las cosas de Rodrigo.
Era jueves y mis prácticas empezaban el domingo, así que tenía 3 días libres para recorrer un poco de Cairo y adaptarme lo más rápido posible. Lo del domingo es porque en la mayoría de los países musulmanes la semana laboral es de domingo a jueves, así que viernes son para rezar incluso más (tradicionalmente se reza 5 veces al día) y los sábados para descansar antes de ir al trabajo de nuevo. Claro que yo como extranjero no me aplican esas reglas, jueves y viernes para los extranjeros es hacer fiesta y sábados para salir a ver a donde.
Y ahí estaba yo, solo en el cuarto y sin nada que hacer. Lo primero que quería hacer era bañarme porque ya llevaba como un par de días sin hacerlo, pero bueno igual no apestaba xD. La cosa es que al abrir la puerta y salir al pasillo tuve la primera experiencia de choque cultural. En el pasillo estaba sentada una mujer completamente vestida de negro y tapada por completo, era como un dementor de Harry Potter pero con dos aberturas para los ojos en el velo que cubría la cabeza. Solamente sus manos estaban destapadas y pues como nunca había visto eso yo me saqué demasiado de onda.
Mi objetivo era el baño, así que caminando pegadito a la pared como que los muertos me hablaban y mirándola de reojo llegué al baño. Yo la verdad en cualquier momento estaba esperando a que se quitara una de sus ropas y me enseñara un chaleco explosivo o algo así, era demasiado extraño. Y pues en el baño estaba planeando mil y un maneras de no salir asesinado por una terrorista en mi primer día.
Después de bañarme y esquivar de nuevo a la presunta terrorista, fui a la recepción para que me dijeran qué onda con todo y pues me dieran algunas recomendaciones de a donde ir y así. Ahí estaba Mustafa (ya les contaré lo curioso de los nombres egipcios). El tipo me dio un mini tour por el hostal, y me dio un par de recomendaciones para caminar y visitar lugares cercanos.
Salí del hostal y empecé a caminar, ¡TODO ERA EXTRAÑO! Un chingo de gente por todos lados, edificios bastante viejos pero de bonita arquitectura, tal vez en décadas pasadas los hubiera disfrutado más, basura por todos lados, conductores locos y sobre todo, mujeres con velo!
Tengo que decirlo, las egipcias tienen lo suyo pero como les contaré después, está en árabe ligarse una.
El hostal estaba ubicado en el mero centro de Cairo, así que pude recorrer un poco pero me regresé al hostal después de un par de horas. Estaba demasiado estresado porque cada que preguntaba por algún lugar, cada persona me decía algo diferente. Casi fui atropellado dos veces, aquí los conductores no respetan al peatón y manejan peor que los chilangos pero por mucho, un hay carro que no tenga una abolladura o raspón es imposible de ver.
De nuevo en el hostal hablé con Nadín (algo raro el nombre, lo sé), que era la que estaba encargada de mí más o menos. Le platiqué lo mal que la estaba pasando y que ya me quería regresar a México xD. Me dijo que iba a llevarme a recorrer el día siguiente para que me desestrasara un poco. Ya de noche, estuve hablando con Rodrigo sobre muchas cosas, entre ellas de lo mal que la estaba pasando él también durante su primera semana en Cairo. Nos entendimos bastante bien primero por el hecho de ser ambos latinos, haber estudiado administración como yo y tener muchos objetivos parecidos.
En la noche tuve una anécdota un poco chusca. Fui a un restaurante de Koshary que es como el plato nacional de Egipto, básicamente es una revoltura de pasta con arroz, lentejas, garbanzos, salsa de tomate, ajo frito y jugo de ajo; no suena chido pero la verdad que esta bueno y todos lo comen. El chiste es que estaba yo solo en el restaurante y en frente de mí una pareja de egipcios, cuando notaron que no era egipcio me dijeron que si me podían ayudar, les dije que sí y pues me ayudaron a pedir. Me explicaron como servirme el koshary y qué y cuanto ponerle de cada cosa, pero me advirtieron mucho sobre la salsa picante.
Yo al principio pensé que estaba picosa la salsa en realidad, y después de probarla me acordé que era mexicano y por eso no me picaba nada, entonces le puse un montón para que le diera sabor. Cuando me di cuenta, casi todo el mundo a mi alrededor me estaba mirando sorprendidos por la cantidad de salsa que le había puesto. “¡Soy Mexicano no pica!” les dije para que me dejaran de mirar pero igual uno que otro me echaba una mirada de bicho raro.
Ya en viernes, iba a salir con Nadín. Me dijo que a las 8:30 am iba a estar en mi hostal, pero si algo tienen los egipcios es que son mil veces más impuntuales que los mexicanos y su excusa número uno es el tráfico. Llegó a las 9:00 am, que para sus estándares era incluso haber llegado temprano. Cuando la vi, ¡oh dios! Alta, delgada, piernas torneadas, y super super linda de la cara; algo bueno tenía que pasarme al menos. Iba acompañada de una amiga suya de nombre María (bastante más normal para mí el nombre). Cuando las quise saludar, solamente me dieron la mano evitando cualquier otro contacto, ya después me explicaron que hombres y mujeres nomás no se pueden andar tocando mucho en público.
Y pues ese día fuimos a la torre de Cairo que es la mejor panorámica que se puede tener de la ciudad, fuimos a un pequeño museo dentro de una mezquita, y nos movimos en metro que no tiene mucha diferencia con el metro del DF, un montón de gente y todos empujándose sin orden para entrar y salir, comimos Koshary (se convertiría pronto en mi comida predilecta) y estuve a punto de ser atropellado por lo menos otras 3 veces. Fue un día bastante entretenido y aparte aprendí mis primeras palabras en árabe (groserías obviamente), le di las gracias a las dos y le dije a Nadín que ojalá la viera de nuevo pronto. Al momento de escribir esta entrada, no la he vuelto a ver desde entonces L, sufro como precious jajaja.
El día terminó como el anterior, una plática con Rodrigo, una salida nocturna para seguir recorriendo, me enseñó donde hacer la despensa, comprar comida barata y todos esos tips de supervivencia básicos que son bastante necesarios.
Así que solo me quedaba el sábado para disfrutar de la libertad antes de empezar la vida de godinez. ¿Qué había aprendido en estos dos días en Egipto? Primero que nada, ¡no hay camellos! Al menos no en Cairo. Otra cosa es que cruzar las calles aún era una experiencia mortal, comprar comida es más barato que cocinar, si un vendedor se da cuenta que eres extranjero te va a tratar de sacar dinero a como dé lugar; y por último y más importante es que conseguir alcohol era una tarea titánica porque sencillamente no había oxxos en ningún lado (lo que es muy raro ya sé), aparte de que tomar es prohibido por la religión (igual a muchos les vale madre y hoy en día me sé de memoria donde comprar en varios lados). Y así se fue el sábado.
Ahora era domingo, el gran día. Si por algo me fui de México y cerré el creciente negocio de hamburguesas fue porque desde hace mucho que había querido vivir y trabajar en otro país desde hace mucho. Conforme pasen los posts se darán cuenta de que ha sido una de las mejores decisiones que he tomado. Si algún día tienen la oportunidad, no duden en hacerlo (en otras publicaciones les platicaré de varias opciones).
Regresando al asunto principal. Tenía que estar a las 9 en el trabajo, el primer día de trabajo alguien me tenía que llevar, el tipo encargado era un tal Ahmed (tomen nota, llevamos 2 Majmuds, un Mustafa y un Ahmed hasta ahora), me dijo que me recogería a las 8 para llegar a tiempo. 8:20 am me marca diciendo que el tráfico estaba de la madre y que le iba a tomar 10 min más. 8:40 me dice que ya está cerca, 5 min más. 8:55 me encontré con él en el hostal. Teníamos 5 min para hacer un recorrido de normalmente una hora. Comenzó a manejar como loco y llegamos a mi lugar de trabajo a las 9:30.
Y heme ahí, por fin estaba en la empresa, que por cierto las empresas en Egipto normalmente están en los mismos edificios donde viven las personas, así que no son grandes lugares de trabajo a menos a que sea una empresa realmente grande.
Le pedí disculpas a la de recursos humanos por la tardanza (una ucraniana de nombre Katerina) y me dio el tour por el piso de la empresa. Ese mismo día llegó otra practicante, una ucraniana de nombre Galina (muchas cosas van a pasar con ella). Me presentaron ante el equipo de trabajo que era Katerina, Galina, Ivana (serbia), Luana (Italia), Samar (Egipto) y otro par de egipcios. Una empresa bastante internacional y yo bendito entre las mujeres, todo iba a pedir de boca.
Entonces me mostraron mi puesto de trabajo y mis tareas, aquí es donde comienza una larga lista de problemas, vamos por el primero…
"y después de probarla me acordé que era mexicano y por eso no me picaba nada" JAjajajajajajaja xD
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