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Nuevo país, nueva vida

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Llegué al aeropuerto internacional de Cairo, Michael me hizo el favor de llevarme. Tan solo al llegar me pasaron de inmediato todos los recuerdos que viví en Egipto, parecía que hubiera sido hace solo unos días que aterricé en Egipto preguntándome qué demonios estaba haciendo en aquel extraño país, la nostalgia me invadió pero al mismo tiempo me sentía emocionado de estar a punto de cerrar un nuevo ciclo en mi vida. Hussien llegó al poco tiempo también a despedirse de mí, llegué a tiempo para ir al abordaje por lo que me despedí de ambos y me fui a la sala de espera (no dejan entrar acompañantes). Después de un rato por fin ubiqué mi aerolínea, viajaría en Saudi Arabia Airlines. En la sala de espera de inmediato noté el cambio en la gente. Todos estaban vestidos con ropas blancas, las mujeres cubiertas de pies a cabezas pero igual de blanco, todos musulmanes pero nada que ver en cuanto a vestimenta a la gente normal de Egipto, yo era el único extranjero obvio entre todos

Carta a Egipto

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Pues este post es un extra a toda mi aventura en Egipto, es una forma de expresar todo lo que viví en una sola carta. No hay manera sencilla de describir lo que se siente realmente vivir en otro país muy diferente al tuyo, una cosa es visitar y otra cosa es literalmente vivir un país. No fue para nada sencillo, aprendí mucho y a lo largo del tiempo que viví en Cairo estuve en una relación de amor y odio con Egipto; sin embargo no tengo más que agradecer a todas las personas que conocí e incluso a las que no pues fue gracias a todos que viví lo que viví. Y claro es muy fácil quejarse de todo lo malo pues siempre es más notorio y escandaloso todo aquello malo que nos pasa por el simple hecho de que no estamos acostumbrados a agradecer los pequeños regalos diarios que nos da la vida. Es cierto, Egipto tiene sus defectos como cualquier otro país, problemas que, aunque diferentes, se originan como parte de la experiencia humana que enfrentamos todos en donde quiera que

Adiós Egipto

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Y mi última semana no pudo ser mejor! Ya estaba todo listo, ya había empacado casi todo, ya me había despedido de varias personas y ya no me quedaba más que disfrutar a mis amigos más cercanos estos últimos días. Lo primero que hice en la semana fue irme a Alejandría un par de días, esa ciudad tan legendaria en la historia de la humanidad. Desgraciadamente no pude estar el tiempo necesario para recorrerla como me hubiera gustado, pero al menos conocí un poco sobre esa parte de Egipto. No hablaré mucho de la ciudad porque hay demasiada información en internet y aparte no es como que haya estado lo suficiente para dar una descripción detallada. Pero a grandes rasgos es una ciudad portuaria con un aire extremadamente limpio si se le compara con el de Cairo, el clima es muchísimo más favorable y aunque no está tan llena de turistas ni es tan caótica como Cairo, no deja de ser bien Egipcia. Sus calles interiores son un desorden, hasta pareciera que hubo una guerra hace

Sentí que moriría

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Eran como a las 11 de la mañana  y todo crudo de la fiesta de la noche anterior le hablo a Sebastián (Colombiano) para que me confirme si va a ir a la playa con otros amigos, me confirma y me alisto. Llegué como 1 hora después a donde estaban ellos ya más o menos listos. Después de esperar a una chica rumana con su novio al fin nos vamos. La carretera como las demás en Egipto estaba prácticamente vacía,  y aun así nos tomó cerca de una hora y media llegar a la playa. Desde que salimos de Cairo, el clima se había descompuesto bastante pues estaba nublado y aunque no hacía frío sí que había mucho viento. Una vez en el lugar nos apuramos para no perder más tiempo y rentar un bote. En el puesto de revisión nos pidieron nuestros pasaportes e identificaciones como es costumbre. Éramos en total 6: Irina (rumana) y su novio (Egipcio), Sebastián, Rebeca (española), Bárbara (brasileña), otro Egipcio y yo. Una vez en el bote y después de empujarlo para alejarlo de la orilla, e

Tour del adiós

Y pues ya estaba claro, me iba de Egipto y no porque tuviera qué sino porque no sentía que pudiera experimentar mucho más de lo que ya había vivido hasta el momento, obviamente siempre puedes vivir muchas más cosas es solo que en mi caso no veía algo relevante como para quedarme. Y entonces me puse a buscar oportunidades por todos lados, yo quería ir de regreso a Europa pero no estaba necesariamente en mis manos así que solo me quedaba esperar. Afortunadamente al poco tiempo recibí la notificación de interés por parte de una empresa en Hungría y al poco tiempo otra en Turquía. Envíe mis documentos aplicando en ambas oportunidades y sólo me quedo ponerme a esperar por lo mejor, al menos ya tenía opciones de salida lo cual me hizo sentir bastante más tranquilo. Por otro lado, ya solo me quedaba una semana en la empresa. Viajar todos los días en transporte público por 2 horas, ir a aguantar cabroncitos tercos que no querían ver otras opciones y gastarme un buen de dine

Los colores del desierto

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Desierto Negro Dos horas después de haber salido de Cairo no hay nada más que arena y una carretera estrecha en la que esporádicamente pasan camiones de carga bastante grandes tan cerca que mueven la furgoneta lo suficiente como para pensar que nos podemos salir del camino en cualquier momento. Cosa que afortunadamente nunca pasó. Tras sufrir bastante del calor y dormir en la furgoneta por lo aburridos que estábamos por fin llegamos al lugar donde nos iban a recoger las 4x4 para ir al desierto directamente. El lugar es como una cabaña hecha con troncos de palma y techo de paja. Una vez que llegaron las camionetas nos dirigimos al desierto en 3 distintos vehículos que nos llevaban a todos. El camino es llano por todos lados, el contrastante negro del asfalto parte a la mitad un paisaje sin relieves notorios, arena clara de ligero tono amarillo, cielo azul perfectamente despejado y un sol que sin ser extremo es suficiente para causar incomodidad en la piel con la pura r

Gente va gente viene

Entonces estaba entre dos situaciones. La primera era volverme profesor de español porque había surgido la oportunidad en una de las mejores escuelas de Cairo, o aceptar el trabajo en la compañía competencia de Uber.  La primera opción era hacer algo que me gustaba y que conocía perfectamente y además iba a ganar buen dinero, encima de todo quedaba cerca de la casa relativamente. Por el otro lado no iba a aprender algo que me interesara aprender. Dar clases me ha servido mucho en la vida, pero era una etapa que yo consideraba pasada, ya había aprendido de ello lo que necesitaba y hacerlo de nuevo era quedarme estancado de nuevo, al menos por un tiempo. La segunda opción era trabajar en una empresa joven, llena de retos y obstáculos, hacerle competencia a Uber y aprender a desenvolverme en un ambiente de incertidumbre que no conocía. Así que por supuesto elegí esta opción. Al final de cuentas, no soy de los que les gusta quedarse en donde mismo. D